sábado, 26 de noviembre de 2011

Jonathan Wilson - Gentle Spirit




Band: Jonathan Wilson
Album: Gentle Spirit
Year: 2011
Genre: Folk, Psychedelic, Rock

Estoy volando, al más allá. Mi objetivo es alcanzar la línea final en el horizonte. Al igual que un oasis, cuando estoy a punto de palmarla, vuelve a alejarse. Las nubes me impulsan y me siento tan libre que un simple gesto cambiaría el mundo, soy dueño de mi soledad.

Capitaneo las mareas al son de los acordes de una delicada pieza musical, y mi barco navega sobre las copas de los árboles. Al final, allí esta, el horizonte, el climax, solo queda un suspiro más para tocarlo, lo veo, lo siento, lo palpo, lo... vuelvo a perder, se aleja. Pero algún día lo conseguiré.



Me despierto, es Sábado, soy feliz. He vuelto a tener un sueño confortable, el cual me da ese aliento de seguridad, para incorporarme, poner el primer pie en el suelo, y decirle a la rutina buenos días.

Abro la ventana, tomo una profunda bocanada de aire, es fresco, entra en mis pulmones como medicina. Miro al cielo y un gran sol otoñal gobierna los cielos de Madrid, pienso "hoy será un magnifico día". Huelo la paz, no hay ruidos, es tan agradable todo que decido comenzar con un café y un cigarro para sentirme empapado y arropado por aquellos detalles infinitamente placenteros.

Todo es simétrico, mi cabeza está acorde con lo que siento. Si todas las mañanas fueran así podría morir en paz. Después del primer trago de café azucarado, me paro a ver mi guitarra eléctrica, mi gran vieja amiga, ella es parte de mi alma, hoy la tocaré hasta que quedemos los dos satisfechos.

Inhalo la primera calada del cigarro mientras empiezo a escribir sobre mis sensaciones, y me doy cuenta que todo es tan perfecto porque estoy escuchando Jonathan Wilson. Su Folk triste y a veces psicodélico es tan frágil, delicado y vulnerable que me sumo en otro sueño, pero esta vez despierto.

No quiero hablar de él ni de sus misteriosas, delicadas y personales canciones, porque todo lo que necesito declarar de él es lo que estoy sintiendo mientras escribo. El es mi banda sonora del día. Me agrada, me arropa y me empuja a sonreír.

Gracias JW.


jueves, 24 de noviembre de 2011

The XX - The XX




Band: The XX
Album: The XX
Year: 2009
Genre: Indie Rock, Electronic Rock

Hace más de un año que no escribo en mi blog porque me dejé llevar por el impulso de huir. Necesitaba comprender el significado de ciertas cosas y encontrar una excusa para vivir y sonreír.

La vida, casi de forma espontánea y sin esperarlo, me tomó por el cuello cual exclavo y me mostró de forma violenta a un un ente entrañable, sin explicación, sin apariencia física, sin credibilidad exacta, al cual lo llamamos "destino" y el cuál me condujo casi de manera espontánea a vivir a South Africa.

Él me llevo de la correa, como a un perro, lejos de aquí, donde pude ver personas, palmar el mundo, tocar experiencias, comprender lo que criticaba sin conocer, entender el dolor y manipular mi rabia, y al volver siendo otro, sin reino y rumbo, entre lágrimas y llantos de desesperación y con los sentidos a flor de piel, los escuché por primera vez: The XX.

Párate y observa. No disimules, el tiempo vuela, estudia a las personas. Mira a través de ellas, las cuales estando quietas en un vagón de tren, hablan solas con sus pensamientos. Sus ojos vidriosos y sus gestos muestran su vulnerabilidad, sus preocupaciones, y entonces entiendes que, en esta vida, solo tus percepciones pueden transformar los más insignificante en algo especial.

Observar es de sabios, aunque quizás, hacerlo demasiado sirve de opio para no observarnos a nosotros mismos. Somos seres tan limitados, vulgares y sencillos que, al igual que el atardecer, entradas las sombras, nos apagamos para siempre y nadie nos recordará.

Mirar personas a través de una cerradura es descubrir los momentos personales y auténticos de cada uno, donde te das cuenta que, ellos actúan como tu crees que nunca actuarías, entonces te das cuenta que eres como ellos, uno más, porque ellos también te observan para no auto criticarse y emborracharse en su propio juicio personal.



Esas personas son The XX, esa sencillez con mirada perdida, pensativa, sin rumbo y sin maldad. Sus notas lentas y puras son esa sensación de soledad en la noche, cruzando un puente, parándote a observar las luces de los coches en una autopista por la noche, que, si te paras y las prestan atención, dibujan líneas desiguales pero con un sentido común. Ellos son las gotas de lluvia que nos incomodan, pero si te dejas empapar por ellas, puedes entender porque esos pequeños detalles ahogados y olvidados por la sociedad, siguen existiendo y aún dan sentido a la humanidad. Ellos son caminar descalzo sobre la hierba mojada, sin pararte a pensar porqué lo haces, ya que simplemente te sientes cómodo bajo el impulso de hacer aquellas cosas que ya no se hacen.

La naturalidad de sus canciones son los pequeños detalles a los que no prestamos atención porque la enferma sociedad, decrépita y moribunda, trata de escondernos y no mostrarnos jamás.

La sencillez es el último aliento de la naturalidad, la cual, caracteriza al ser humano y explica su sociabilidad. La naturalidad es la ventana a aquella realidad verdadera, que al margen de la viciada sociedad, aún podemos encontrar; pero esta sociedad formada por perros, cerdos y ovejas, lamentablemente, está mutilando la poca naturalidad viva en las personas, como su sencillez y la alegría que desencadena, forzándonos a convertirnos en sus productos: simples marionetas que la consumen y la nutren de vulgaridad y vacío.

Reclamo que, los hombres cambiemos, ya que no sabemos volver a ser tan sencillos y naturales como lo son The XX...