jueves, 27 de septiembre de 2012

Tame Impala - Innerspeaker




Band: Tame Impala
Album: Innerspeaker
Year: 2010
Genre: Psychedelic rock, Dream pop, Space rock

Si pudiéramos utilizar el sueño como melodía, entonces elegiría, como herramienta perfecta para conseguirlo, a la banda australiana Tame Impala.

Su sonido groove mezclado con guitarras recargadas de phasers y flangers producen sueño eterno del cual te despiertas de buen rollito.

Sus notas entran sin llamar en el cerebro y sirven de placebo mediático, de relajante natural, como si fuera el silbido de las hojas de los árboles, que no le prestas atención, pero esta ahi y te gusta.

Su carácter exterioriza con sencillez el afán por mantener vivos y activos los aullidos del psychedelic rock más fácil de asimilar y con el rollo space rock.



Innerspeaker (2010) es esa clase de álbum que comienza atrayéndome antes de escucharlo. Simplemente la portada del disco me hace imaginar que algo me gustará, pues si, así es. Esa amalgama de colores psicotrópicos hacen de telón de fondo de su música.

Los temas Desire be Desire GoThe Bold Arrow of Time suenan un poco stoner rock; También hay oportunidad de pasar por el inmenso viaje espacial de Alter Ego o por la empalagosa melodía de It’s not Meant to be.

Si pudieramos transformar los sueños, y con ellos crear el placer que nos ayudaran ha evadirnos, Tame Impala servirian como herramienta.


miércoles, 26 de septiembre de 2012

Graveyard - Hisingen Blues




Band: Graveyard
Album: Hisingen Blues
Year: 2011
Genre: Blues Rock, Stoner, Doom, Hard Rock


Postura chula y mirada cegada por el humo del cigarro que se consume entre mis labios. Mi concentración es máxima, pienso: “Vamos nena, solo un golpe más y seré el rey de la noche”. Miro alrededor, un pequeño mundo lleno de desconocidos con camisetas negras mezcladas entre tattoos gira a mí alrededor, me gusta, estoy en un bar donde escucho jodido Rock.

Sigo a lo mío, tomo el último trago, continuo con ese estúpido postureo, mirando de reojo a la chica más caliente del bar. Ella quizás caerá, pero ahora, lo que está a tiro es la bola 8, la última de todas. Estoy jugando pool, y de repente suenan Graveyard, y pienso: “esta noche la vamos a montar bien parda”.

En una situación así firmaría por escuchar Graveyard, puro Blues Rock con toques Doom y Stoner que hacen de ellos unos discípulos impolutos y afines al sonido que Black Sabbath creó por aquellos años 70.

En momentos así, Graveyard te dan la potestad hacerte el chulo, reventar el palo del billar en una cabeza, gritar como un puto gorila en celo y beber mil cervezas más.


Hisingen Blues (2011) me teletransporta a los años 70, a la esencia del Hard Rock, de ese ocultismo bizarro y inexplicable de aquella época, donde nació el comienzo de los sonidos más duros e inaceptados por las mayorías.

Graveyard no evolucionan a nuevos sonidos, tampoco se mantienen en una estética actual, al revés, involucionan para ofrecernos un sonido pulido propio de los 70, de la década más gloriosa del Rock.

Así los veo yo, puros, naturales, energéticos y elegantes en sus riffs setenteros. Pura esencia Hard Rock venida de los lugares más recónditos de Suecia.

Muy serios.


miércoles, 19 de septiembre de 2012

The Black Keys - Brothers




Band: The Black Keys
Album: Brothers
Year: 2010
Genre: Blues Rock, Garage Rock, Soul, Indie Rock

… y de nuevo vuelvo a sentir aquello que perdí por un tiempo, nostalgia y emoción musical. Con las palmas de las manos sobre la tierra y arrodillado, miro al cielo para palpar y entender que lo que siento es verdad.

Pocas veces mi alma se tambalea. Aquello que puede acariciar mi espíritu pasa a ser emocional en segundos, rozando lo místico. Me siento el único ser del planeta que viaja a las estrellas galopando los acordes de una melodía pura, insolente y descarada como las de este disco. Pocas bandas han mellado mi emoción. Solo un ápice de ellas han logrado llevarme al edén musical. The Black Keys me han devorado las entrañas con esa simpleza tan colosal.

Tienen manera, forma, personalidad, carácter y su sello personal. The Black Keys se han sabido empapar a través de la vieja escuela. No es corriente ver una banda que sepa tan bien diluir el sonido Soul con el Blues y de ello que salga como resultado una amalgama tan característica como su sonido, con una base Garage Rock tan bien pulida, noble y casta.

Brothers (2010) es uno de los discos más inmensos del siglo XXI, no tengo ninguna duda. Sus letras me transmiten pura energía, aunque no dejan de ser historias que rondan mi cabeza sobre mujeres, desamores, amores imposibles, acompasados con ritmos enfermos y fáciles de seguir. Me sorprende la clase que tiene Dan Auerbach a la hora de utilizar los efectos analógicos y el buen gusto por el sonido que cultiva nota a nota. Rompen con los esquemas musicales que los últimos años, han dado con la tecla. En ello me recuerdan a Wilco, otros que han dado con la tecla, suenan atemporales, juegan en otra liga, nadie les puede copiar, son auténticos y suenan inocentes, sencillos.

Tighten Up fue el primer bombazo del disco como sencillo, pero no es más que una pequeña ventana a tal magna obra. Después de saltar por esa pequeña ventana, para descubrir que es lo que no se ve desde el exterior, me topo de primeras con Next Girl, recomendado a todas las ex novias malditas que nos han hecho sufrir. El crudo sonido mezclado con el estribillo me vuelve loco:

"Oh my next girl
Will be nothing like my ex-girl
I made mistakes back then
I'll never do it again
With my next girl
She'll be nothing like my ex-girl
It was a painful dance
And I got a second chance"



“Lo admito, no lo puedo explicar, chica, estoy aullando por ti”. Así de directa es la letra de Howlin’ For You, otra pieza imprescindible en esta obra. The Only One y Never Gonna Give You Up son las otras piezas que me envuelven, me hacen sentirme cara a cara con The Black Keys, escuchando esas melodías tan jodidamente bellas, peculiares y únicas.



En resumen, letras profundas, simples, donde el dolor, la melancolía y la amargura se mezclan con intenciones más oscuras de venganza contra amores sangrantes. Todo ello bajo los efectos psicodélicos de increíbles riffs de guitarra.

Memorable